Bate la nata, apenas este montada agrega el cacao dulce y bate un poco más hasta integrar. Cubre la tarta con esta nata de chocolate.
Calienta agua en una cacerola pequeña, retira del fuego e introduce sin abrir uno de los sobres (de plástico) de chocolate. Déjalo 2 o 3 minutos, una vez esté templado retira, corta una punta y sobre una superficie lisa (puede ser la mesa o la encimera) extiende una buena parte con una espátula de acero, debe quedar una capa pareja y muy fina.
Una vez que el chocolate recupera cuerpo, se endurece, con el filo de la misma espátula raspa hacia adelante, firmemente unos 10 cm y obtendrás un rulo o pliegue de chocolate. Tómalo ayudándote con la espátula y repite la operación hasta levantar prácticamente todo el chocolate de la superficie.
Limpia la superficie y repite la operación con el chocolate del otro sabor. Coloca decorativamente los rulos y pliegues de chocolate sobre la tarta. Lleva a la nevera.
Sirve fría esta exquisita tarta rústica de chocolate para el té o merienda.