Sacar los huevos de la nevera al último momento
Si guardas tus huevos en la nevera, te recomendamos que los saques al menos una hora antes de cocerlos. Esto evitará que se rompa la cáscara de tu huevo por el cambio brusco de temperatura, entre el momento en que lo sacas de la nevera y en que lo metes en el agua caliente. Otra posibilidad es empezar la cocción de tus huevos en agua fría. Para eso pon primero en la olla el huevo, luego el agua, tapa la olla y retira del fuego cuando el agua empiece a hervir. Deja el huevo cocer en el agua hervida con la tapa en la olla por unos 10 minutos.
Poner los huevos en la olla directamente con la mano
Para que la cáscara de tus huevos no se rompan cada vez que los pones en el agua con las manos, puedes usar una espumadera o cuchara para ponerlos con más delicadez en la olla. La espumadera te servirá también para sacar los huevos sin quemarte los dedos.
No poner suficiente agua
¡No seas tacaño con el agua, al cocer los huevos! Esos tienen que quedar completamente sumergidos para que puedan cocer de manera homogénea. Si no quieres desperdiciar toda esa agua, la puedes usar como abono natural para tus matas una vez que esté fría. De hecho, el agua de cocción de los huevos es muy rica en nutrimentos benéficos para los vegetales.
No controlar el tiempo de cocción
Te recomendamos que cuezas tu huevos entre 9 y 11 minutos según la textura que quieras conseguir. Sin embargo, no debes exceder los 11 minutos minutos de cocción, si no, la yema quedaría terrosa y perdería cremosidad. ¡No te olvides del temporizador!
No controlar la temperatura
Para una cocción perfecta, te recomendamos que cuezas los huevos a fuego lento ya que a fuego alto, la clara quedaría muy cocida mientras que la yema no lo estaría lo suficiente.
No sumergirlo en agua fría
Una vez cocido el huevo duro, debes sacarlo del fuego y sumergirlo en agua fría para que deje de cocerse con el calor acumulado. Con la ayuda del agua podrás también pelarlo con más facilidad.