Patatas
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320 g |
Harina de fuerza
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190 g |
Cebolla amarilla
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1 |
Huevo
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1 |
Huevo batido
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1 |
Agua
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3 cucharadas |
Aceite para freír
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2 cucharadas |
Aceite de girasol
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2 cucharadas |
Pan rallado (ácimo)
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1 cucharada |
Levadura química
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1 cucharadita |
Azúcar
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1/2 cucharadita |
Sal
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Al gusto |
Pimienta
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Al gusto |
Elaboración: pasteles de patata y cebolla o knish
- Para el relleno, pela las patatas, córtalas en cubitos y cuécelas hasta que estén tiernas. Escúrrelas. Saltea la cebolla en el aceite para freírla a fuego medio hasta que se dore ligeramente. En un bol, aplasta las patatas y la cebolla con el aceite con ayuda de un tenedor y mézclalo con el huevo batido (reserva un par de cucharaditas para pintar luego) y el pan rallado. Salpimienta al gusto.
- Con un robot de cocina, mezcla la harina de fuerza, la levadura, el aceite de girasol, el huevo entero, el agua y 2 pizcas de sal. Mézclalo hasta obtener una pasta homogénea.
- Precalienta el horno a 180ºC. Enharina la superficie de trabajo y extiende la masa con forma rectangular. Extiende el relleno de forma longitudinal. Enrolla la pasta sobre el relleno y cierra los dos extremos. Con ayuda de un palillo, marca 7 porciones y córtalas con ayuda de un cuchillo. Cierra uno de los lados y el otro déjalo un poco abierto. Coloca sobre una fuente con papel de horno y pincela con el huevo batido restante y hornéalos durante 40 minutos, hasta que estén bien dorados.
- Disfruta de unos deliciosos Knish.
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